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"Los pobres no tenemos tarjeta de crédito, derecho a la igualdad": consigna de quienes exi



Esta es la consigna de un grupo superior a las 400 personas entre comerciantes, amas de casa y mototaxistas, que se turnan a las afueras del estadio Metropolitano Roberto Meléndez, exigiendo boletas de Colombia.

Un sin sabor y desconfianza ha quedado en muchos barranquilleros, luego de que se diera a conocer que Ticket Shop es investigada por la Superintendencia de Industria y Comercio, por la forma como se vendieron las boletas para el partido entre Colombia y Brasil, el pasado 6 de septiembre.

Es por eso que en Barranquilla, a las afueras del parqueadero del estadio Metropolitano Roberto Meléndez, un grupo superior a 30 personas, se han instalado de forma fija en la zona aguantando sol y lluvia, para exigir que esta vez sí haya venta física de las boletas.

"Estamos exigiendo el derecho a la igualdad. Cómo es posible que luego de un fraude por internet sólo vaya a habilitarse la venta de 6 mil boletas físicas" explica Roberto Maduro, una de las personas que hace más de una semana, se tomó el espacio en espera de una solución.

La mayoría lleva según ellos, una semana en el lugar; otros por su parte manifiestan estar desde hace 11 días, con hamacas, sillas y hasta vehículos en los que pasan la noche. Ese el caso de otra de las personas que vive en Las Gaviotas y todos los días parquea su vehículo en el lugar.

"Yo lo que quiero es tener boletas para mi familia y unos familiares que vienen de afuera" indicó.

El panorama es de incertidumbre y confusión por lo que se ha dado a conocer en los últimos días. Mientras que unos están indignados porque "sólo vaya a venderse en taquilla una boleta por persona", otros de los congregados están molestos por el aparente "sorteo que se hará con previa inscripción", para las 6 mil boletas que se espera habiliten en Barranquilla.

"Ahora se han inventado un sorteo, así no es. Quién nos garantiza que no va a pasar lo mismo del partido anterior" afirma Vladimir Julio, quien asegura que son alrededor de 400 o 500 personas movidos por la causa, que no están en el lugar porque trabajan, y lo que hacen es pagarle a alguien para que esté ahí pendiente de cualquier novedad frente al tema.

Lo que apremia, es la solidaridad entre ellos mismos. Bajo la poca sombra de los árboles en el sector, matan el tiempo jugando "Aquí nos turnamos y hacemos vigilancia constante" es la explicación de Vladimir, al preguntarle por cómo hacen para dormir, comer o cumplir con las labores diarias. Él es comerciante y mientras está en el estadio, su hijo cuida el negocio y viceversa.


Ellos aseguran asistir a todos los partidos de fútbol, pero desde el fraude con las boletas de Brasil, no han podido entrar y lo que quieren es venta de boletas físicas. "Sí es caso que venga aquí la procuraduría o el que sea para que vigile quién compra cada boleta y se de cuenta que lo que queremos en entrar con nuestras familias" concluye.

Vladimir es mucho más pesimista que los demás, quienes sí esperan una solución por todo el esfuerzo que están haciendo. "Sí uno no protesta, no consigue nada. Yo quiero 4 boletas para mi esposa y mis dos hijos".

Mientras la Federación Colombiana de Fútbol emite de manera oficial una decisión sobre el tema, ellos seguirán instalados en el lugar, llenos de esperanza por una solución justa para el barranquillero, porque para ellos, la Unión hace la fuerza y lo que están exigiendo no es nada del otro mundo.

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