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Quienes no tienen la fortuna de venir en carnavales a su tierra, Barranquilla, resuelven disfrutarlos desde sus lugares de estadía, alrededor del mundo; porque el carnaval y el ser costeño solo se lleva en el alma.
Familia celebrando el Carnaval de Barranquilla desde España // Fotografía: Ana Vizcaíno
Por: Ángela Pertuz
Por ahí dicen que el Carnaval de Barranquilla lo hace la gente; quienes con su alegría y jolgorio transforman espacios comunes en escenario dispuesto para la alegría trasformada en tradición y cultura, tal como sucedió con la familia Martínez, quienes reciden hace más de una década en Valladolid, España.
Su celebración, el sábado de carnaval surgió de la nada, como asegura Ana Vizcaíno, una de sus tías celebraba su cumpleaños numero 50 y decidieron, en común acuerdo evocar el carnaval de Barranquilla, con todas "sus morimondas" en cuatro paredes.
Solo faltaba el grupo de Millo, pero en su falta, el equipo de sonido sirvió para que la cumbia, el mapale, las canciones del Joe Arroyo y el Checo Acosta amenizaran el casa que servia de cumbiodromo, adornada en sus paredes con las marimondas, el sombrero vueltiao, las negritas puloy y grandes flores representativas de esta fiesta.
La cumpleañera y toda su corte invitada a esta reunión con tinte carnavalero personificaron aquello que tanto aman del carnaval, desde la cumbiambera, la marimonda y la negrita puloy.
A kilometros de Colombia, ellos siguen guardando en lo profundo de su corazón su esencia, tanto, que cada mes se reúnen a celebrar el ser colombianos, en un país, que siendo su casa es el escenario en el que evocan lo que son.