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¡Así acabaron con el Verdadero Telecaribe!



Fotografía tomada de la página web Hamburger Channel



Cuando fui aspirante a la dirección de Telecaribe, en el mismo proceso que seleccionó al actual gerente, Juan Manuel Buelvas, propuse entre las estrategias de mayor cohesión cultural de nuestros departamentos el Servicio de Integración Regional – SER CARIBE-, con el fin de intervenir la programación del único canal estatal a nuestra disposición, con el fin de terciaren el agudo centralismo barranquillero, con informes y entrevistas permanentes desde las diferentes regiones. Y ese, la poca sintonía en Barranquilla, a la ciudad que le sirve el canal, como los falsos positivos en una aparente mejora en los premios India Catalina con nominaciones imaginarias, han sido la derrota en el actual proceso, en el que se gana en técnica, pero se pierde en identidad.

Telecaribe, en esta gestión de Buelvas, le apostó a lo Light, a lo amanerado, a un estilo que tiene más espejos que ventanas. Se perdió el periodismo comprometido con la región, el de las crónicas de a pie, el que vadea ríos crecidos y sube montes embarbascados, al del abuelo que echa el cuento mientras fuma su tabaco en un taburete recubierto con cuero de vaca mapurito. Se apartó lo corroncho que nos identifica para darle paso a lo traqueto, a lo urbano, a la nueva ola en vez del vallenato grueso o a la gaita jonda. Antes uno prendía telecaribe y salía un tipo tocando acordeón (en exceso) y ahora uno, cuando a veces se acuerda y lo prende, sale un man cocinando. Lo único que queda es la vieja Voz de Andrés Salcedo.

Mantuve por más de seis años, con una oficina que era una mochila, un programa llamado Vox Populi- De correría- No el mismo que ahora tiene Caracol- con el cual recorría las regiones buscando historias de monte y de personajes Caribes, con cierto éxito de audiencias y varios premios. En esos 300 y tantos programas, que hoy se convierten en la memoria visual independiente de Sucre- siempre usé el sombrero zenú, vueltiao, el mismo que llevaron Los Gaiteros de San Jacinto por las Europas, con el que Alejó Durán logró su identidad y con el que Miguel “El Happy” Lora se alzó en victoria en varios tinglados del mundo, hoy nuestra insignia nacional. Cuando se agotó mi contrato, subí las escaleras de la nueva sede de Telecaribe, y me presenté ante las barbas del rey Juan Manuel, que por extraña coincidencia, lleva el mismo nombre del Presidente. Me hallé un hombrecito de pantalones subidos y camisa floreada ( el Caribe se lleva es por dentro) y zapatos sin media, sentado en una silla moderna. Cuando me vio soltó una sonrisita cantinflesca (pensó que yo estaba perdido) y me miró desde su ego como gallina que mira sapo. Lo primero que me dijo, pues supuso que yo iba por lo del programita que había mantenido con tanto sacrificio por seis años y ganador del premio nacional de audiovisual colombiano (la TV en una mochila) Ministerio de la Cultura 2011, fue que si iba a continuar debía quitarme el sombrero. No quería pelea y más cuando vi en su sonrisa fingida una especie de mueca extraña, algo casi indescifrable, entonces le dije que me lo quitaba, pues ya era tiempo de mostrar mi calva brillante. Fue entonces que me la soltó en pleno, mientras se reclinaba en su silla y pedía unos papeles a su secretaria, que las cosas eran a otro precio. El Canal había diseñado con unos muchachos- agregó- un estilo más refrigerado, tipo light, al que yo debía someterme. No me veía en ese estilo, de modo que tomé mi mochila, sacudí mis abarcas y me vine a administrar una finca en La Sabana. No volví a ver televisión, escucho radio, buena radio, leo y escribo y me va mejor. Un año después gané el Premio Nacional de Literatura Manuel Zapata Olivella con Yolanda de Los Vientos, mi segunda novela, en la que atravieso los años del conflicto armado en esta zona, la parte de los paramilitares, después de haber contado las andanzas de los guerrilleros en “Ataque de Frio de Perros”, que es la memoria violenta del Caribe.

…Y cada vez que prendo Telecaribe me pierdo, porque no sé si es Caracol, RCN, Señal Colombia o Tele Antioquia. No me veo reflejado como televidente sabanero por ningún lado. Aquella “yerbita” que nos pintaban los Corraleros de Majagual, ahora la hacen muñequitos afeminados. Desaparecieron los estilos de Mc Causland o de Fabio Poveda, nuestros ídolos de adolescencia, con su fuerza narrativa. Con una muchacha egresada de La Universidad de Magdalena- para desgracia sucreña – se inventaron una especie de nodos o empresas paralelas y empezaron a aparecer muchachos que iban como empujados, sin pasión, haciendo lo que nosotros hacíamos (una gringa, un niño bonito en pantalones cortos, un barranquillero de afro) disque recorriendo el Caribe, cometiendo gazapos a tutiplén. Sin embargo, seguí bregando y participe en varios Trópicos (todos ganadores de premios regionales), siendo los dos últimos “Ritmo Sabanero” (finalista del premio Semana Argos 2014) y “San Miguel, un santo acosado por la Modernidad” (Premio Mariscal Sucre 2016). Después la niña de Programación y Producción, a quien se le dio un inusitado poder, me sacó de cinco licitaciones seguidas. Usando el mismo método que en el año 2015 me había dado el máximo puntaje, me calificaron de último. Empezaron a cobrar el quince por ciento por las series nuevas, como “Gente real” (algo como lo que yo hacía, pero sin poder narrativo) y otros inventos. Veedores del canal terminaron como contratistas y los que dieron coimas, se quebraron. La serie fue escondida. Igual pasó con 360. La niña mencionada, que ahora ya no está en el canal, se llevaba los proyectos que iban a la convocatoria para su casa. Allí los calificaba, según su conveniencia, se apiñaron (apareció un gordo amangualado) y unas cuatro empresas creadas para ello se ganaron el 90 por ciento de las convocatorias (todas del triángulo Santa Marta- Cartagena y obvio Barranquilla). Estaban “empíñados”. Empezaron a jugarle sucio a todo aquel que no fuera enganchado en ese nivel de complicidad. Sacaron al productor a Humberto Porto Molina, porque se negó a pagar una coima. Dice que tiene evidencias de su denuncia. Sacaron al de Video 76, primera empresa del Canal. Y así fueron arrasando con todo lo que implicara aquel Cannel Tele cabuya, que había nacido en Valledupar. Mataron todo lo que se pereciera a nosotros los desheredados y las regiones fueron excluidas del canal. Ahora solo han quedado los programas de las gobernaciones, donde las primeras damas fungen como reinas y los funcionarios, después que son entrevistados, son capaces de meter las narices en las convocatorias, entonces empresas de empleados de la gobernaciones empezaron a ganar Trópicos y 360. En la última convocatoria de Trópicos por Sucre (2017), ante la poca transparencia en el proceso, solo se presentó la empresa conformada por trabajadores de La Gobernación. Se la pusieron de papayita. Copiando el modus operandis de sus mentores políticos, que los incapacitan y ponen a sus mujeres a aspirar, empezaron a licitar en cuerpo ajeno. Fue la debacle. Perdimos hacha, calabaza y miel.

La funcionaria de marras sigue muerta de la risa en Santa Marta. …Y para colmos, muere Mike Smulson, uno de los pocos típicos del canal… y como queriendo tapar sus mea culpa (porque también había tenido problemas) se crean el programa Cara a Cara (el de la polémica licitación), contratando una empresa, como la de Los Palmitos que vendía fritos y empanadas, de Dos Quebradas, por 330 millones de pesos para un estudio al que le salieron más de 54 fallas, desconociendo a nuestras universidades acreditadas. Y perdimos hasta el sombrero vueltio, mientras los vallenatos logran posicionar el Wayuu. En la licitación de Cara a Cara, por Sucre, no se presentó ni una sola propuesta. No existe un mercado solido ni interés por el Canal. José Gómez Daza, un batallador de voz gruesa en la garganta como buen guajiro que es, ese que habla como si estuviese regañando, el último que quedaba de los corronchos, acaba de ser notificado: no va más. Su contrato, que llevaba 25 años, será cancelado. PD. Eran tan amañadas las convocatorias de Gente Real, que en la que participé en el 2016, la empresa ganadora (Creo que se llama Piña Producciones) la de los “empiñados”, alcanzó en el ítem “investigación” diez puntos por encima de mi propuesta ( en la que envíe 29 sinopsis de historias ya identificada). Y para colmos, un día en mi muro del Facebook me escribió un muchacho apellido Flórez, diciéndome que se habían ganado una convocatoria en Telecaribe, que sabían que yo conocía personajes, que si podían usar mi investigación. ¿Y acaso no acababan de derrotarme? ¿Qué tipo de propuesta habían hecho? Estaban improvisando. Estos documentos están en la base de datos de la página de Telecaribe y los pueden comparar. Yo sigo en mi hamaca, oyendo radio de la buena.

Redacción : 

Alfonso Hamburger @alfonsohamburge Premio Nacional de Literatura, Manuel Zapata Olivella, 2012. Email cofreplata@yahoo.es

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