El basquetbolista argentino regresa al quinteto con el que supo ser campeón.
Foto: cortesía Titanes
Selem Safar, el argentino especialista en tiros de tres puntos, es otro de los jugadores que vuelven a Titanes de Barranquilla para enfrentar el torneo de clausura de la Liga Wplay de Baloncesto Profesional 2022-2, próxima a iniciarse el 17 de septiembre y que irá hasta finales de noviembre. El jugador llega, luego de estar una temporada con Riachuelo de la Rioja, de la primera división argentina.
Desde muy pequeño Selem Safar tuvo contacto con el baloncesto motivado por su padre Hugo, quien, de manera aficionada, lo llevaba a las canchas en su natal Mar del Plata, provincia de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Corrían los primeros años de la década del 90, cuando, siendo un niño, supo que quería forjar una carrera con la pelota naranja en su país, considerado uno de los territorios élite de ese deporte a nivel mundial.
Y vaya que lo logró con creces en 17 años en los que ha hecho parte de los clubes más representativos de esa parte del cono sur como Peñarol, Boca Juniors y San Lorenzo, entre otros.
Safar es también un ícono en la selección de su país, con la que ha protagonizado inolvidables momentos que han fortalecido el sitial en lo más alto que siempre ha tenido la nación albiceleste en el baloncesto.
Haber tomado la decisión de, por primera vez, incursionar en una liga distinta a la de su país, lo llevó a conquistar con el equipo de Barranquilla tres títulos domésticos en tres temporadas (2020- 2021-1 y 2021-2). Safar será uno de los refuerzos estelares que competirá en la Liga Sudamericana de Baloncesto (LSB), en la que Titanes aspira a hacer buena representación de Colombia.
“Estoy muy contento de estar de vuelta en este equipo con el que hemos conseguido cosas tan lindas. Ahora, más feliz aún porque voy a tener la oportunidad de vivir de cerca con los fanáticos”, manifestó Safar, ya instalado en Barranquilla.
El escolta, de 1 metro con 91 centímetros de altura, lucirá el 15 en el pecho de su camisilla, mismo número que lo ha acompañado desde que inició su carrera, primero en el Club Kimberley de Mar del Plata antes de dar el salto a la Liga Nacional de Baloncesto Argentina (LNB) con Quilmes de Mar del Plata en 2003, siendo todavía un adolescente.
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