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La tradición en Manatí se mantiene vigente de generación en generación, gracias a el esfuerzo de quienes aún luchan por preservar la herencia. Ese es el caso Eylen Duvan, una joven de 16 años a la que su abuela le ha inculcado el amor por el son de pajarito, un tradicional baile de Manatí, que se ha inmortalizado con los años. El son de pajarito es un baile cantado que nace en los pueblos aledaños al canal del Dique. Las mujeres danzan con sus polleras mientras le cantan al pajarito de Manatí. Pero para hablar del son de pajarito, es indiscutible mencionar a su mayor promotora y cantautora, la folclorista Alejandrina Matute o mejor conocida como Aleja Campana, toda una exponente de la danza, a la que ella le ha dedicado innumerables canciones. Una de esas es justamente el Pajarito de Manatí, un canto de Aleja Matute a los pajaritos que llegaban todos los días a la ciénaga, cuando esta población no había crecido lo suficiente. "Era un pájaro que llegaba a los árboles de su casa y como ella (Aleja Matute) le gustaba, le cantaba" relata Eylen Duvan acerca de los inicios de esta tradición. Su abuela, de 77 años aún canta y baila el Pajarito de Manatí. En su momento, fue una de las que acompañó a Aleja Matute en sus inicios. Es por eso que conoce perfectamente la danza que le ha enseñado a cada una de sus nietas; Eylen es una de esas. "Mi abuela fue quien me enseñó a bailar el pajarito de Manatí y me dijo que cuando ella se muera, todas sus nietas tenemos que bailarle el pajarito de Manatí" relata mientras hace una pausa en medio de su canto y baile. Sin dudar agrega que cumplirá la promesa de su abuela porque a ella le gusta bailar el Pajarito de Manatí. El movimiento que se da en las polleras de las mujeres, representan de alguna manera, el aleteo de los pajaritos de Manatí. Aunque Manatí haya crecido y no sea la ciénaga de sus inicios, su legado ribereño sigue ahí, vivo para las nuevas generaciones como Eylen, que felices pregonan el cantar del pajarito de Manatí.