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'Sin fronteras, un amor especial', así es tener un hijo con síndrome de down

Por: María Angélica Borrero


Amorosa, sencilla, obediente, y sensible, una niña con síndrome de down.

Amante del baile, la buena música, en especial el vallenato, son algunas de las distracciones y maneras de expresarse de Karina Paola Alfaro Araujo, una jóven de 21 años de edad, con síndrome de Down.


"Me gusta mucho la música de Elder Dayan, es mi cantante favorito, pero también escucho Diego Daza, Ana del Castillo, Peter Manjarrez, Diomedes Díaz, Martín Elias y otros vallenatos, que me ponen a bailar", mencionó Karina, son satisfacción y sonrisa en su rostro.


Tan solo un aumento de un cromosoma 21, genera una afección genética en su formación gestacional, que hace diagnosticar a estos seres humanos como personas con Síndrome de Down, lo que se convierte en un "retraso intelectual y de desarrollo".


Por eso, el 21 de marzo, a nivel mundial se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, ya que el 21, hace referencia al número de cromosoma y el mes 3, a la condición especial, de la cual estos seres humanos son poseedores de tres cromosomas idénticos.


Para muchos, cómo la Familia Alfaro Araujo, se convierte al inicio en un estrés, nervios y mucha incertidumbre al saber que tienen un hijo con 'down', pero con el pasar del tiempo, con terapias psicológicas y espirituales, logran superar el nerviosismo y aceptar con mucho amor al integrante que hará de sus días, los más felices.


"Al principio sentía miedo, estaba confundida porque a mí nunca me dijeron que la niña tenía síndrome de down, yo me entero porque la niña se me enferma del estómago a los tres meses de nacida, la llevo al gastroenterólogo y el es el que me dice que la niña tienen rasgos de down, sus manos, lengua, el cabello, los ojos chinitos, pero yo no sospechaba porque en mi familia tenemos esos rasgos indios, entonces me le ordenan el exámen del cariotipo y sale positivo, desde ahí como todo me deprimí y no sabía que hacer, con terapias logré controlarme y me enfoqué en la niña y gracias a Dios, hoy es una niña para mí normal, con su condición diferente, pero independiente", precisó Hilda Josefina Araujo, madre de Karina.


Sincera, decidida, independiente y mucho amor se esconde en una joven de estatura 1,42, tez blanca, contextura delgada, cabello liso negro y ojos negros.


Las limitaciones para ella no existen, positiva ante cada circunstancia de la vida, apática al dolor, extrovertida, risueña, y muy cómica se muestra a quienes la rodean.


Se levanta, arregla su cama, se baña, se cambia, se alista y realiza todos sus quehaceres como una joven independiente de su edad, no va a la universidad, porque es una niña que le gusta más lo practico y desarrollar la creatividad, le gusta arreglar uñas y jugar al Salón de Belleza.


Ama con locura a sus padres, hermanos, primos, tíos y amigos, con los que siente un alto grado de confianza, quienes le brindan su amor, cariño y comprensión. "Quiero a mis padres, porque son buenos y me quieren", destacó Karina.


Para su padre, es una niña normal, con su condición genética que no le impide en su desarrollo diario, "para mí es una niña completamente normal, como mis otros hijos, claro está que al ser una niña inocente y con condiciones genéticas la sobre protejo, pero del resto la trato normal, me hace mis días felices con sus ocurrencias", dijo Jairo Alfaro, padre de Karina.


Cuando se siente en amenaza, o que le molestan, se defiende y explica que es una niña con down, que merece respeto y pone límites, "ella es muy inteligente, cuando la molesto por jugarme con ella, me pone límites y dice que es una niña con down, que respete y se expresa de la mejor manera, por lo general, ocurre cuando le digo que lave los platos, me dice que no la mande, que ella sabe y es su problema, que no me meta y la respete", comentó Jairo Andrés Alfaro, hermano de Karina.


Finalmente, el cromosoma de más que posee Karina, es mucho amor y fortaleza. Karina, para su familia y allegados es un ser de luz, que ilumina sus vidas con cada ocurrencia, baile o palabra de aliento en algún momento difícil. Para su madre, fue un ser de luz y una bendición de Dios, "yo venía de perder un embarazo ya avanzado de 7 meses, y yo dije si Dios me la mandó, fue por algo que me la envió a este mundo, con ella he encontrado muchas cosas, ya que, es una niña bastante pilosa y verdaderamente a veces me hace coger rabia, cosas de todo hijo, pero poquito a poquito la he sobrellevado, yo la pongo a hacer los quehaceres de la casa, vaya a recoger la ropa, doblarla y ella va la clasifica, y combina la ropa, toda una niña independiente".


Un mensaje para destacar, en el día de conmemoración al Síndrome de Down, "Para todas las madres aconsejo ayudarles en el momento indicado, con tratamiento psicológico y terapias, que esto no es un sufrimiento, sino una bendición, que al comienzo es duro, pero al final es natural y que ese hijo se convierte en un amor que no tiene precio, un amor completamente especial", comentó con amor y sentimiento Hilda Josefina.


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