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ONU solicita proteger derechos humanos durante crisis del Covid-19

Alta Comisionada para los Derechos Humanos pidió medidas urgentes para evitar que el coronavirus genere mayores desigualdades.


Por: Aldira Chamorro Ojeda


La crisis del covid-19 también fue calificada como ‘crisis humana’ por parte del secretario General de las naciones Unidas, Antonio Guterres, por lo que ese organismo internacional hizo un llamado a los países para que aborden la pandemia con un enfoque más cooperativo, global y basado en los derechos humanos.


En un comunicado informal dirigido al Consejo de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos, pidió medidas urgentes y detalladas para evitar que el coronavirus genere mayores desigualdades“.


Bachelet declaró que muchos países, particularmente en Europa, han tomado medidas sin precedentes para proteger los derechos de los trabajadores y minimizar el número de desempleados como consecuencia de la crisis, y animó los estados con recursos suficientes para que hagan lo mismo.


Afirmó que su oficina está elaborando una serie de buenas prácticas económicas y sociales, empleadas por muchos países –la mayoría de ellos países en desarrollo– y que las presentarán ante los miembros del Consejo de Derechos Humanos. Anunció que también trabajará para integrar los derechos humanos dentro de los programas económicos y sociales de la ONU.


La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) dio a conocer las siguientes directrices para que la respuesta al Covid-19 se centre en las personas.


  • Las estrategias sanitarias no deberían centrarse tan solo en los aspectos médicos de la pandemia, sino que deberían tratar las consecuencias que la respuesta sanitaria tiene en los derechos humanos.

  • Las facultades excepcionales deben ser empleadas para legitimar metas de salud pública, no utilizadas para aplastar a la oposición o silenciar el trabajo de periodistas o defensores de los derechos humanos.

  • Las medidas de contención, como el distanciamiento social o el aislamiento, deben tener en cuenta las necesidades de las personas que necesitan apoyo de otros para alimentarse, vestirse y asearse. Muchas personas, entre ellas personas con discapacidad, dependen de los servicios comunitarios y a domicilio.

  • Es imprescindible que el aumento del control de fronteras, las restricciones de viajes o las limitaciones a la libre circulación no impidan la huida de personas que escapan de la guerra o de la persecución.

  • Los paquetes de protección social y estímulo fiscal dirigidos a quienes menos pueden afrontar una crisis son esenciales para aliviar las terribles consecuencias de la pandemia. Las medidas inmediatas de alivio económico como bajas remuneradas por enfermedad garantizadas, prestaciones por desempleo extendidas, distribución de alimentos y la renta básica universal pueden ser una protección frente a los efectos de la crisis.

  • El colectivo LGTBI también corre más riesgo durante la pandemia, y se deberían incorporar medidas específicas en los planes de respuesta que traten esta situación.

  • Los estados deben tener en cuenta los distintos conceptos de salud dentro de la población indígena, y deben incluir la medicina tradicional, además de consultar y considerar su consentimiento informado a la hora de desarrollar medidas preventivas frente al COVID-19.

  • Las personas privadas de libertad, incluidas aquellas en cárceles, en prisión preventiva, en detención de inmigrantes, instituciones y otros lugares de retención sufren un riesgo de infección mayor en caso de brote de enfermedad. Su situación debería tratarse de manera concreta en la planificación y respuesta a la crisis. Los profesionales médicos y expertos relevantes, científicos incluidos, deben ser capaces de hablar libremente y de compartir información entre ellos y con el público.



*Con información de ONU



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