Después de más de dos mil años, las expresiones de Jesús siguen marcando pautas para nuestra realidad.

Por: Aldira Chamorro Ojeda
En este Viernes Santo desde casa, sin recorrido por los monumentos, sin asistir a las atiborradas iglesias para escuchar la eucaristía y la homilía de los sacerdotes sobre las 7 palabras de Jesús en la cruz, las plataformas digitales nos permiten escuchar, observar y leer diversas reflexiones sobre el tema.
Nuestra conclusión es que, después de más de 2.000 años, las enseñanzas que enmarcan estas siete expresiones de Jesús, están más vigentes que nunca. Aquí les compartimos esas expresiones, consolidamos de manera concreta la explicación de las mismas e hicimos un paralelo con nuestra realidad.
1. Padre, perdónalos, ellos no saben lo que hacen.
Refleja la misericordia, solidaridad y gran amor de Jesús por todos sus semejantes, aún en ese momento en que su cuerpo había sido sujetado con clavos en la cruz y sufría el abandono de amigos, la traición de Judas y el rechazo de su pueblo. Su oración no mostró ningún tipo de resentimiento.
Es un llamado a la reflexión y a la tolerancia que ha abandonado a muchas personas en estos momentos de pandemia por efectos del coronavirus.
Hemos observado en algunas partes del país, reacciones como la estigmatización a los profesionales de la salud por su contacto directo con los enfermos, reacciones casi que lapidarias hacia personas contagiadas y aisladas en sus casas, personas desesperadas porque la cuarentena no les permite el sustento diario, sin embargo, descargan gran resentimiento cuando reciben apoyo alimentario del Gobierno, y podríamos seguir enumerando otras reacciones que comprueban, cada vez más, la carencia que tenemos de alimento espiritual.
Reflexionar sobre este mensaje de Jesús en la cruz, es una gran oportunidad que tenemos en este Viernes Santo enmarcado en el aislamiento obligatorio.
2. Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.
Fue lo que respondió Jesús a la petición de uno de los criminales crucificados a su lado, quien le expresó su arrepentimiento y le ruega que no se olvide de él cuando esté en el Reino de los Cielos. Ese hombre demostró su humildad al reconocer la grandeza y bondad del hijo de Dios.
Este pasaje deja la gran enseñanza de que nunca es demasiado tarde para arrepentirse y nunca se es demasiado culpable para no recibir el perdón de Dios.
Esto nos lleva a entender que cuando reconocemos nuestros errores y tenemos el firme propósito de enderezar el camino, siempre tendremos nuevos y mejores horizontes.
3. Madre, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre.
Esa fue la recomendación de Jesús a su discípulo Juan para que cuidase de María, quien quedaría sin la compañía, el apoyo y el sustento de su primogénito.
Aquí nos damos cuenta de lo importante que es para todo ser humano contar con el apoyo de la familia y amigos que ayudan a sobrellevar los momentos difíciles en cuanto a lo emocional, material y espiritual.
Y en estos momentos, los gobernantes, empresarios, voluntarios, trabajadores de la salud y muchas personas anónimas, hacen su mayor esfuerzo para compartir su solidaridad y atención con el mayor número de familias y personas vulnerables. Esta pandemia nos ha convertido a todos en una gran familia, sin distingo de credo, raza o estrato social.
4. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Eso le preguntó Jesús al Padre en esos momentos de intenso dolor y sufrimiento ante la crucifixión que soportaba, entendiendo que soportaba en su cuerpo las equivocaciones de la humanidad para que nadie más experimentara ese dolor.
Este sacrificio de Jesús debe llevarnos a entender que todos tenemos labrado un camino hacia el reino celestial pero es nuestra decisión tomar las decisiones correctas y ser conscientes de que siempre tenemos la opción de acudir a Dios o al Ser Supremo como el mejor guía para que nuestros pasos comiencen a recorrer el sendero dispuesto para nosotros.
5. Tengo sed.
Más allá del estado de deshidratación que sufría su cuerpo, era una declaración abierta de Jesús para satisfacer el deseo de rescatar a la comunidad de su estado de condenación.
Este punto nos lleva a reflexionar sobre la importancia de que nuestra sociedad rescate los valores humanos y las costumbres de rectitud, de tratar bien a nuestros semejantes y de compartir lo que tenemos con los menos necesitados.
Estos días de cuarentena son precisos para que padres, hijos y abuelos retomen la interacción de esas enseñanzas para que, cuando todo pase y nos volvamos a encontrar, seamos mejores personas, cuidemos siempre de nosotros, de nuestras familias, de nuestros semejantes y del medio ambiente que nos acoge.
6. Todo está consumado.
Se entiende como la expresión de Jesús para comunicar que su deseo de salvar a la humanidad es una realidad. Se analiza con el entendido de que Dios no hace nada a medias, no desiste, no se rinde, nunca abandona el barco.
Podemos apropiarnos de esta fuerte decisión que demostró Jesús en la cruz y ante la situación en que nos ha puesto la pandemia del coronavirus, saber que cada uno de nosotros tiene un compromiso consigo mismo y con quienes nos rodean. Por muy tedioso que para algunos pueda resultar este aislamiento obligatorio, no podemos darnos el lujo de desfallecer e incumplir las medidas impuestas por las autoridades.
7. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Fueron las palabras de Jesús antes de expirar, y su mensaje de que al finalizar la vida terrenal, siempre encontraremos el amparo de Dios.
Este mensaje se observa como un compromiso de Dios con todos sus hijos en la tierra, lo que debe generar nuestro sentimiento de gratitud y avivar nuestra fe, una fe que nos ayudará a salir fortalecidos de todo este proceso de aislamiento y cuidados que debemos observar hasta que, finalmente, los científicos puedan dar la buena nueva de la vacuna contra el covid-19
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