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Jairo Buitrago, 50 años fotografiando a Barranquilla


Jairo Buitrago, fotógrafo barranquillero, quien fue homenajeado por cubrir durante 50 años el carnaval de Barranquilla, durante el Premio ‘Ernesto McCausland Sojo’ nos cuenta cómo por accidente, a sus 17 años la rebeldía lo llevó a ejercer la reportería gráfica.


"Le he dado gracias a Dios por haberme permitido tener salud y vida para 50 Carnavales" expresa Jairo “Gancho” Buitrago, quien recibió el Turbante de la Tradición durante su homenaje realizado en la Premio de Periodismo Promigas ‘Ernesto McCausland Sojo’, por sus 50 años ininterrumpidos durante esta festividad.

"Es una emoción muy grande, porque yo creo que jamás se me había ocurrido que a mí me podrían dar semejante homenaje de esos, para mí es una cosa grandiosa", comenta Jairo,quien ha trabajado para el periódico El Nacional, El Espectador, Diario el Caribe y actualmente para los periódicos virtuales lachachara.com y terceraplana.com

A sus 17 años se fue a vivir a Bogotá con su familia por el trabajo de su padre quien era magistrado del tribunal General de la República, pero en donde no quiso adaptarse cuenta Buitrago “Erda y me fui pa Bogotá, entonces bacano estuve en una cena el 31 de diciembre elegante, pero a mi me gustaba era el baile en el Barrio Abajo” por lo que Jairo en época de carnaval, se encontraba en la fría Bogotá y mientras en Barranquilla la fiesta estaba en pleno apogeo. Un día limpiando con su mamá, encontró un tiquete de avión abierto de su padre y que sin pensarlo usó para regresar a su tierra natal.

“Un día llega a mi papá a buscarme y me encuentra, un sábado en la tarde sin camisa, sin zapatos, jugando bola de trapo en un arenero” recuerda el reportero mientras mueve sus manos y se expresa como buen caribeño. En vista de la rebeldía de su hijo, el abogado Alejandro Gutiérrez Ripoll, lo lleva al Periódico El Nacional, donde le pide al director Julián Devis Echandía que le ofreciera un trabajo “Aquí te traigo este carajito, pa que lo pongas a trabajar y sepa cómo se gana uno la plata”, así Jairo consiguió su primer trabajo como “patinador”, oficio de llevar las notas de los periodistas para el visto bueno del director y posteriormente a dinotipo para su imprenta, ese momento marcaría la historia de Jairo.

Jairo posee el ingenio para salirse con las suyas,por lo que logró acompañar a los fotógrafos de eventos sociales y pronto aprendería a usar una cámara, mientras los reporteros se sentaban a disfrutar del evento. Este conocimiento lo puso a prueba cuando un día a falta de periodistas y reporteros de crónica roja, el director afanado por cubrir el asesinato de una mujer lo envió a tomar fotografías, aunque acepta que estaba nervioso, Julián Davis logró ver el talento de Gancho, por lo que lo asignó como reportero gráfico desde ese momento.

“Yo digo que uno tiene que ser como el gato, cazando con tranquilidad, con el ojo clínico del reportero gráfico” afirma Jairo. La primer fotografía del Carnaval que le publicaron fue cuando a sus 21 años mostró a un congo el último día del carnaval acostado borracho en un andén.

Para Jairo las cualidades que necesita un reportero son la inspiración, la claridad y querer informar, aunque afirma que antes con las cámaras de rollos era más difícil pero romántico tomar fotografías “A mí no se me olvida la foto del rollo, ese romántico, tu no veías


que habías tomado, apenas después que salías del cuarto oscuro era que decías “errrda me salio hermosa esta vaina”

Aunque se pasó toda la vida mostrando cosas malas de Barranquilla como dice él, sobra decir que Jairo ama su ciudad, donde volvería nacer mil veces “Si uno se muriera y tuviera que volver a nacer nuevamente, lo haría en barrio Boston” afirma Jairo con seguridad, quien a la vez responde que ser barranquillero es “ lo mejor del mundo”.

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