El pasado sábado 14 de diciembre, la Fundación Miradas Alegres realizó labores sociales con los niños del municipio de Uribia, La Guajira.
Fotografía: Fundación Miradas Alegres
Por: Karelis Sarmiento.
La Guajira es uno de los departamentos de la región caribe donde muchos de sus niños se encuentran en condiciones precarias de salud, debido a la desnutrición por la falta de recursos económicos en una parte de esta población, pese a esta situación y al poco abastecimiento que tiene muchas familias pertenecientes a municipios o rancherías en el departamento, nace Miradas Alegres, una fundación sin ánimo de lucro que se fundó en Riohacha, La Guajira.
Una sonrisa, un abrazo, un pan o un juguete es un gran detalle que llena el corazón y hace feliz a un niño, así lo creyó Mirian Suarez, creadora y veedora de esta fundación que tiene como principal objetivo llevar insumos de uso personal, juguetes, comida y realizar actividades pedagógicas con los niños wayuu del departamento de La Guajira y con esta bella labor lograr sacarles miradas y sonrisas de alegría.
El 14 de diciembre la fundación junto con quince colaboradores realizó la primera actividad de donaciones a esta comunidad de la Alta Guajira donde se llevaron a cabo actividades como: bailes, manualidades con pinturas, competencias de obstáculos con el fin de hacerles pasar un día distinto a los niños del municipio de Uribia.
Viendo las necesidades por la cuales pasan estos menores día a día, la fundación Miradas Alegres decidió donar juguetes, de esta manera le cambio el rostro a 100 niños quienes no esperaban recibir ningún tipo de detalle el sábado 14 de diciembre.
Karla Arias, estudiante de noveno semestre de Comunicación Social hizo parte del grupo de colaboradores y manifestó sentirse dichosa por servir “para mí fue una satisfacción muy grande al colaborar y servirle a todos esos niños del municipio de Uribia, Además me siento muy dichosa por lograr ser parte de este hermoso proyecto en el cual podemos brindar un sueño y un Anhelo a todo esos niños.
Asimismo José Gómez, un joven oriundo de la Guajira interesado por las labores sociales indicó las emociones que le causó trabajar para los niños del municipio de Uribia “me siento muy feliz porque cumplí un propósito distinto en mi vida portando todos mis conocimientos a esos niños que necesitaban de una sonrisa y de un momento feliz”.
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