Hoy tres mujeres excombatientes del Caribe que tienen el acompañamiento de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), son un ejemplo con su liderazgo, visión y apertura a los procesos de aprendizaje de su nueva vida.
Según la Agencia para la Reincorporación, de las 3.272 mujeres que hacen su proceso de reincorporación en Colombia, 323 están ubicadas en la Costa Caribe colombiana, siendo La Guajira (con 116), el de mayor participación femenina. Le siguen: Cesar (64), Bolívar (62), Sucre (38), Atlántico (21), Córdoba (12) y Magdalena (10), lo que sumado equivale al 10% de la población excombatiente femenina de todo el país.
En el Caribe colombiano, de las 323 mujeres que adelantan actualmente su proceso de reincorporación con el acompañamiento de la ARN, un total de 101 están vinculadas a proyectos productivos. De estos, 11 son colectivos y 61 individuales.
La agencia hoy destaca 3 historias de estas mujeres quienes trabajan socialmente con fundaciones y con emprendimientos en búsqueda de reincorporarse a la vida civil después de la guerra.
En el departamento del Atlántico, Diana lidera una fundación que empodera a las mujeres vulnerables para que generen ingresos y también participa de un emprendimiento asociativo, integrado por mujeres reincorporadas y víctimas del conflicto que le apuestan a la reconciliación del país.
Eugenia en Bolívar, visiona su negocio piscícola tras culminar sus estudios en el SENA y ganar $148 millones como capital para su emprendimiento.
Y por último, una mujer en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Pondores, en La Guajira, hizo realidad su sueño de aprender a leer y escribir, lo que le ha permitido superarse y salir adelante en su vida.
Atlántico
A sus 42 años, Diana es una de esas ‘súper mujeres’ que día a día construye su proyecto de vida y transforma la sociedad. Su agudo sentido social, la llevó a crear una fundación en la que trabaja con mujeres vulnerables del Atlántico para su empoderamiento personal y generación de ingresos. Allí ha desarrollado talleres de capacitación en áreas como belleza, modistería y participación comunitaria, que han impactado a más de 100 mujeres atlanticenses.
En su proceso de reincorporación, y como meta para brindar una mejor calidad de vida a sus dos hijas, se hizo meritoria a una beca por parte de la ARN-PNUD, lo que le permite estar cursando la carrera de Administración de Empresas en formación por ciclos propedéuticos.
"Siempre me ha gustado el contacto con la gente. Y si uno tiene la oportunidad de gestionar mejores oportunidades para mejorar la calidad de vida de otras personas debe hacerlo. Al terminar mis estudios profesionales me gustaría hacer una especialización en el área pública, gerencia pública y ¿por qué no?, aspirar más adelante a un cargo de elección popular”
expresa con emoción Diana sobre su futuro.
Su liderazgo no solo queda en lo social, ella también participa de un proyecto empresarial con enfoque de reconciliación, a través de una asociación, donde se integran cuatro mujeres reincorporadas y 70 víctimas del conflicto armando en el departamento para la sostenibilidad económica de los asociados. Este proyecto porcino gracias a la gestión de la ARN, ha recibido cerdos, insumos, maquinaria y asistencia técnica como capital semilla en alianza con entidades como el SENA, la Gobernación del Atlántico y AGROSAVIA.
“La paz, la unión y la reconciliación comienza desde los hogares, con la familia, con los hijos y eso se proyecta hacia la sociedad con los vecinos, con la comunidad. Debemos ser tolerantes porque no todos tenemos el mismo pensamiento y hay que respetarlos”
asegura con carisma la mujer reincorporada como mensaje de lo que falta en nuestro país.
Bolívar
Eugenia es una de las mujeres que adelanta su reincorporación en el departamento de Bolívar. A sus 33 años, es madre, esposa y una empresaria hecha a pulso, que con sus conocimientos impulsa un proyecto productivo colectivo piscícola en el departamento de Bolívar, así como una iniciativa propia para la que recibió un capital de 148 millones como ganadora del Fondo Emprender del SENA.
Fue en 2019 escogida por votación como gerente de la cooperativa Coomaser, conformada por 19 hombres y cinco mujeres del proceso de reincorporación, cuando decidió retribuir ese voto de confianza y la gran responsabilidad depositada, capacitándose a través de la ARN y el SENA, en Sistemas Integrados de la Gestión. Al finalizar su formación se consagró como ganadora de una iniciativa productiva a través del Fondo Emprender del SENA, que le otorgó 148 millones de pesos para trabajar su propio proyecto de piscicultura para el futuro y sostenimiento de su familia.
Mi sueño es tener una planta para la producción y la comercialización de pescado, pero que sea de la mejor calidad. Por eso, además de un predio para la cría, también quiero montar un punto donde la gente pueda comprar y que sea conocido por ser la mejor pescadería. Para mí, el cambio que traído la reincorporación ha sido muy positivo. Me he capacitado y he logrado mucho. Esto será el futuro de mis hijos. Definitivamente, cuando hay voluntad no hay obstáculos que valgan”,
concluye Eugenia.
La Guajira
Nueva vida, nuevas ilusiones, pero sobre todo nuevos aprendizajes, son las emociones que ha experimentado una mujer excombatiente que adelanta su proceso de reincorporación en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Pondores, en el departamento de La Guajira que hizo realidad un sueño que le ha permitido superarse y salir adelante como mujer: aprender a leer y escribir.
Estos aprendizajes fueron posibles gracias a su participación en la estrategia ‘Maestro itinerante’, implementada por la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) y la ARN.
“Me siento orgullosa de estar en este proceso, he tenido muchas oportunidades como la de aprender a leer y escribir, cosa que nunca había tenido por eso le doy las gracias a todos los que nos han apoyado”,
expresa emocionada .
Ella y su esposo, quien también es excombatiente, lideran una tienda, emprendimiento autogestionado que han fortalecido con los recursos que reciben mensualmente como beneficio económico del proceso de reincorporación.
“Cuando termine los ciclos básicos de aprendizaje, me gustaría ingresar a la universidad y estudiar algo que tenga que ver con atención al cliente porque me gusta atender a las personas que llegan al negocio, a mis vecinos, conversar con ellos y que se sientan muy bien”, dice la excombatiente.
De acuerdo con el director general de la ARN, Andrés Stapper Segrera, la entidad adelanta
“acciones encaminadas a eliminar la estigmatización de las mujeres, disminuir barreras, contribuir a su autonomía, impulsar su participación activa e identificar necesidades específicas para contribuir a mejorar la calidad de vida de ellas y sus familias”.
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